Aunque la situación epidemiológica ha mejorado, la COVID-19 sigue existiendo y no debemos olvidar que la mascarilla ha sido y sigue siendo un elemento indispensable para evitar la propagación del virus. El uso de la mascarilla es obligatorio en espacios interiores y en espacios al aire libre cuando no se puedan mantener las distancias de seguridad de 1,5 metros.
Las mascarillas nos protegen y protegen a los demás del contagio del coronavirus. Es importante tener en cuenta que la protección que vamos a necesitar es diferente dependiendo de la situación concreta. Debemos valorar cual es el riesgo de transmisión del SARS-CoV-2 en cada momento y utilizar un tipo de mascarilla u otro dependiendo de la situación. No es lo mismo si estamos en la sala de urgencias de un hospital, viajamos en metro o en tren, o estamos en una reunión de amigos al aire libre.
¿Dónde hay mayor riesgo de transmisión del coronavirus?
- En espacios cerrados, especialmente si hay poca ventilación.
- En espacios dónde no es posible mantener la distancia de seguridad.
- En espacios en los que se realicen actividades que incrementen la generación de aerosoles (realizar ejercicio físico intenso, hablar alto, gritar, cantar, etc.).
¿En qué debemos fijarnos para saber si la mascarilla es la adecuada?
Para elegir la mascarilla apropiada a cada situación concreta debemos tener en cuenta:
- La eficacia de filtración bacteriana (BFE).
- El grado de respirabilidad (pa/cm2).
- En qué sentido filtra la mascarilla (dentro hacia fuera, fuera hacia dentro o en ambos sentidos).
- Que sean fabricadas cumpliendo la normativa vigente (referencia a la norma UNE y marcado CE). Las mascarillas no homologadas o certificadas no garantizan la protección y nos pueden dar sensación de falsa seguridad. En la ficha técnica se debe especificar el fabricante, el número de mascarillas que contiene y el tiempo de uso recomendado.
Teniendo en cuenta estos parámetros encontramos principalmente tres tipos de mascarillas:
- Autofiltrantes: mascarillas FFP2 y FFP3 (sin válvula). Las FFP2 deben tener un BFE superior al 92% y las FFP3 de un 98%. Son las mascarillas que ofrecen mayor protección ya que cuentan con una eficacia de filtración bacteriana más alta y filtran en ambos sentidos (dentro hacia fuera y fuera hacia dentro).
Se recomiendan para personal sanitario y población general cuando hay mayor riesgo de transmisión. Por ejemplo, si se va a viajar en tren durante un trayecto largo es mejor utilizar una mascarilla FFP2. También se recomienda su uso en pacientes inmunodeprimidos y con indicación médica.
- Quirúrgicas: son las recomendadas para la población general en la mayoría de las situaciones.
- Higiénicas: pueden ser reutilizables (lavables) o no. En el caso de que sean reutilizables se debe indicar las condiciones de lavado y el número máximo de ciclos. Son las mascarillas recomendadas para la población general cuando el riesgo de transmisión es bajo.