Cada vez estamos más concienciados de la necesidad de proteger nuestra piel de los efectos nocivos del sol. Se trata de una idea cada vez más extendida entre la población, que poco a poco va empleando la protección solar de forma diaria y no solo cuando hace sol o acude a la playa.
Pese a que es necesario proteger la piel durante todas las etapas de la vida, en el caso de los más pequeños de la casa esta recomendación cobra mayor importancia.
De hecho, es durante la infancia y la adolescencia cuando se acumula la mayor parte de la radiación solar que percibimos a lo largo de nuestra vida, por eso es tan importante proteger del sol la piel de los más pequeños.
En este artículo te ayudamos a entender mejor las diferencias entre la piel de los niños y los adultos, así como a seguir una serie de recomendaciones generales para aprender a protegerla.
Diferencias entre la piel de los adultos y de los niños
La principal diferencia entre la piel de los adultos y los niños reside en que la epidermis (capa superficial de la piel) es más fina en el caso de los niños, por lo que la función barrera de la piel se ve disminuida. Además, el ph de la piel es menos ácido y por lo tanto más vulnerable a los agentes externos.
Consejos para proteger la piel de los más pequeños
Existen una serie de consejos que podemos seguir para ello:
- Utilizar siempre un protector solar de factor 50.
- Evitar exponer al sol a los niños de menos de 1 año.
- Evitar las horas centrales del día cuando el sol es más dañino.
- Renovar la protección solar cada dos horas.
- Utilizar gorras, sombrillas y ropa adecuada para su protección.
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