A esta pregunta es difícil contestar en términos de tiempo, ¿dos años? ¿tres? ¿cuatro? Más bien debemos analizar qué circunstancias deben de darse para que podamos pasar página de esta pesadilla en su faceta más horrible, como causante de enfermedad grave y muertes. Por otro lado, los datos apuntan a que esta enfermedad se mantendrá como endémica, ha venido para quedarse.
Aspectos que nos hacen confiar en que el fin está cercano.
- Existe un porcentaje muy elevado de población adulta vacunada con las tres dosis y casi el 95% de la población española tiene dos dosis inoculadas.
- La población joven está también vacunada con dos dosis y la vacunación infantil también avanza, aunque a un menor ritmo que el deseable.
- Las vacunas son efectivas para evitar la enfermedad grave, aunque no la infección y la aparición de síntomas leves.
- Algunos estudios científicos indican que la inmunidad celular también se ha generado como consecuencia de las vacunaciones. Esta inmunidad colabora con los anticuerpos para frenar la enfermedad y evitar los efectos graves de la COVID19.
- Las nuevas variantes, como la causante de la quinta ola en España y Europa, la ómicron, son más infectivas pero con efectos menos severos o graves. Cuidado, al infectar a más personas el número de muertes y efectos graves también aumentan proporcionalmente.
- La posibilidad de que la población pueda realizarse autotest de antígenos de venta en farmacias les permite controlar los riesgos y no poner en peligro a otras personas (por ejemplo, ancianos).
- Nuestra esperanza, están en fase de desarrollo avanzado las vacunas esterilizantes, es decir, que impidan que nos infectemos y que transmitamos la enfermedad.
Aspectos que no nos permiten pronosticar un fin cercano.
- No todos los países tienen tasas de vacunación tan elevadas como en España, donde somos los números uno de Europa. En este punto tenemos dos causas: por un lado la corriente de antivacunas (en Europa, EEUU y países desarrollados); por otro, la falta de vacunas por no tener medios económicos para adquirirlas (en países pobres como muchos del continente Africano y sudeste asiático).
- No estamos exentos de la aparición de nuevas variantes, mientras haya personas con capacidad de infectarse y de infectar se le da oportunidades al virus para que mute. Aunque bien es cierto que las variaciones son sobre cepas menos peligrosas en cuanto a efectos graves.
- Los antivacunas, la desinformación y el cansancio de la población pueden hacer bajar la guardia y considerar que ya está pasado, pero aún hay personas muriendo a diario en nuestra ciudad (y en el mundo) por coronavirus.